Viejo amigo, copiloto de viajes y vueltas olímpicas, guía y brújula de tormentas por todo el mundo, sospecho que esta vez, me toca a mí, pagar toda la puta fiesta. Tengo una tristeza enorme de solo pensar en la posibilidad de separarnos, quiero contarte que a lo largo de mi vida he tenido la oportunidad de ser llevada por diferentes personas, algunos fueron ídolos, otros grandes cracks del futbol, también hay que decirlo, me tocaron algunos perros y alguna que otra estrella fugaz que murió potra sin galopar, recuerdo con grata sensación las espaldas del Apache como chocábamos e íbamos al frente con él, tampoco puedo olvidarme de Robert Cabañas, de Brindisi, del gran Beto Mágico, como apilábamos rivales, me miraban la espalda todo el partido cuando la llevaba el Beto, también tuvimos unos arrumacos con Latorre que por cuestiones de la vida terminamos mal, también pasó el Chino Tapia, que venía con mala reputación, pero supimos ser compinches, pero obviamente el que me llevó a pasear por todo el mundo y todas las revistas fue Diego, pensé para mis adentros que ya no había quien me moviera el piso, era la camiseta más feliz del mundo creyendo que ya había conseguido todo, que no había quién me llevara igual, quien más que el mejor jugador de todos los tiempos. Pero sin pedir permiso, después de engañarme con la 8 un tiempo, llegaste vos Román y me llevaste de paseo por todo el mundo, me hiciste ver de rodillas a toda la argentina, a todo el continente y a todo el mundo, reímos mucho y hasta lloramos juntos como aquella vez contra el Bayern, me hiciste la camiseta más popular, me agregaste estética, me agregaste potrero, me llevaste, perdón, me llevas, como nadie, me resigno a pensar que solo nos volveremos a ver en la despedida, cuando decidas dejar el fútbol, no puedo creer que por unos morlacos nos estemos distanciando, si todos nos quieren, si juntos somos imparables, si juntos somos inigualables.

Román, esta no es una carta de despedida, aun no estoy preparado para eso. Solo quiero decirte que estoy dobladita y planchada esperándote, como todos los verdaderos hinchas de Boca.

Por Perkin