El “negocio” de las entradas

 

Por esas horas también un ignoto secretario le dijo a los jugadores que había solo una entrada para cada uno, para darle a sus familiares para el partido en San Pablo. Agustín, por ejemplo, el hijo de Román, no podía viajar solo. Este periodista vio pasar, horas después, por una hacinada cabina de prensa en el Pacaembú, a una delegación de dirigentes en fila más grande que todo el plantel de futbolistas, y con sus respectivas señoras e hijos. También vimos allí, ya entrada la madrugada, a varios de esos directivos fumar largos habanos que parecían más de satisfacción que de derrumbe, al mismo tiempo que a pocos metros Riquelme anunciaba que se iba de Boca. Y todos sin la Copa.

 

También parecían satisfechos, y no derrumbados, los “barrabravas” que deambulaban por el Aeropuerto de San Pablo al día siguiente, y a los que subieron a nuestros aviones, algunos bastante “pasaditos” y con maltrato a tripulaciones extranjeras que dio vergüenza ajena. Se asegura que las “cúpulas” recibieron, directamente de Boca, y gratis, por lo menos unas 350 entradas. Pero algunas “terceras líneas”, que igual se las ingeniaron para estar en San Pablo, no pudieron evitar su “despecho” por quedarse afuera, no solo del viaje gratis, sino del negocio. Y contaron que unas 150 de esas entradas terminaron en manos de integrantes de un charter que partió desde una provincia que no es Buenos Aires y que pagaron miles de dólares por el tour completo. Se dice que podrían ser investigados otros “allegados” a directivos por otros “charters fantasmas”.

 

A los “barrabravas” del Aeropuerto y los aviones, a los que efectivamente estuvieron en San Pablo, fue a los únicos “hinchas” de Boca que se escuchó decir “ma sí, si Riquelme se quiere ir, que se vaya, ya nos tiene cansados?”. Y, por otro lado, el nombre “Mauricio” es el que “se les escapó” más de una vez a los del otro “bando”, los “despechados”.

 

En definitiva, o por un ideólogo mayor o por su personero, si no se cuenta aquella cuarta interrupción de meses de 2007, Boca fuerza la salida de Riquelme, su máximo ídolo, por tercera vez. ¿Será la vencida?


FUENTE: www.lacapitalmdp.com